En cualquier conflicto armado uno de los colectivos que más sufre la violencia es la infancia. No solo padece las consecuencias directas de la guerra, sino que en algunos países es parte activa de la misma. Grupos armados que están luchando actualmente en Mali, Siria, Irak, Libia, Nigeria o República Centroafricana secuestran a miles de niños forzándoles a convertirse en soldados. Anteriormente, lo vimos en Colombia, Afganistán, Liberia, Myanmar, Sri Lanka y Sierra Leona.
Es difícil saber cuántos niños soldado hay actualmente en el mundo, pero se calcula que entre 250.000 y 300.000
Es difícil saber cuántos niños soldado hay actualmente en el mundo, pero se calcula que entre 250.000 y 300.000. La atención internacional se ha centrado los últimos meses en Sudán del Sur, país que desde su independencia en 2013 vive en una permanente guerra civil. Los recientes acuerdos de paz firmados por el Gobierno y grupos opositores acercan la paz al país, una paz frágil con muchos condicionales y demasiados interrogantes. Durante estos dos años de conflicto, más de 2,2 millones de sursudaneses han abandonado sus hogares y más de 3,9 millones sufren inseguridad alimentaria grave. Cerca del 70% de los 756.000 refugiados sursudaneses que han huido a Etiopía, Sudán, Uganda o Kenia son menores de edad. Sudán del Sur es además una de las cuatro crisis humanitarias que Naciones Unidas tiene catalogadas en nivel 3 (el máximo). El conflicto ha dejado además un reguero de violaciones de los derechos humanos, ampliamente documentado por parte de la Unión Africana en este informe. Canibalismo forzado, torturas, violaciones, fosas comunes...
Un niño empieza a ser utilizado como soldado desde los ocho años
Y es en Sudán del Sur donde el fenómeno de los niños soldado está sobre la agenda de las agencias humanitarias internacionales. Diferentes grupos armados han utilizando a menores sursudaneses como militares, escudos humanos, porteadores, suicidas, espías, cocineros, esclavos y esclavas sexuales. Secuestrados o forzando a sus familiares a que se los cedan son obligados a jugar a un juego macabro, la guerra. Un niño empieza a ser utilizado como soldado desde los ocho años.
Buenas noticias
Las buenas noticias, que las hay, es que en los últimos meses se ha logrado la liberación de cientos de menores soldados en Sudán del Sur. A ellos les queda un largo proceso de reintegración en la sociedad, meses de apoyo psicológico y asesoramiento, de vuelta a la escuela y de aprender un oficio. Algunos jamás podrán recuperarse del trauma de la guerra. La falta de inversión en programas de reinserción y rehabilitación de estos menores es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las agencias internacionales, que siguen apostando por este tipo de programas en cualquier escenario post conflicto. Otro de los retos será la búsqueda y reunificación familiar de estos menores, que no es una tarea fácil, sobre todo en un entorno en el que miles de personas han sido forzadas a abandonar sus hogares por la violencia. En el mejor de los casos esta reunificación será factible, pero igualmente dolorosa y compleja, ante la estigmatización y rechazo de estos menores en un entorno familiar y social hostil.
Malas noticias
La mala noticia es que queda mucho por hacer, ya que se calcula que en el último año cerca de 16.000 niños sur sudaneses han sido reclutados y utilizados como soldados por diferentes grupos armados en el país y muchos todavía no han sido liberados. Si perdura el actual proceso de paz podrá haber esperanza para muchos de ellos. Si fracasa tendrán que seguir jugando a la guerra. La comunidad internacional deberá seguir presionando.